SEÑORES DE LAS COMISIONES DE HONOR Y JUSTICIA DE LA UVM:
Hoy, PRIMERODE MAYO DE 2018,
EN ESTE DÍA DEL TRABAJO, ME DIRIJO A USTEDES PARA DEFENDER A MI HIIJO DE UNAEXPULSIÓN QUE CONSIDERO MUY INJUSTA y que espero puedan comprender a la luz de esta teoría del “CARING” que expongo con las SIGUIENTES RAZONES muy personales:
1.- Un joven sin niveles educativos de calidad, está en la muy alta posibilidad de quedar marginado y los datos son muy elocuentes. Los estudios publicados este año de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) advierten que actualmente, en nuestra región que los adolescentes sin preparatoria existen quedarán seguramente en situaciones de pobreza extrema y de exclusión. No tendrán que ser ya otra vez rechazados o expulsados.
Entonces, se deduce que la educación es una de las claves fundamentales para la construcción de una sociedad justa; y a partir de ahí reflexiono sobre el concepto de qué es una escuela justa. En esto retomo las ideas de François Dubet, sociólogo francés, que ha trabajado recientemente sobre este tema con criterios bastante adecuados, porque sale del discurso tradicional, retórico, y evita el cinismo de algunos enfoques que renuncian a la idea de la justicia escolar. Él propone que pensemos en una escuela lo menos injusta posible; por lo menos eso, no pensemos que va a ser el ideal, y esto implica lidiar con algunos conceptos fundamentales:
2.- El primero es susceptible de provocar polémica, porque es un poco contraintuitivo: escuela justa es la que se ocupa de los débiles, no de los ganadores. Los ganadores ganan y ya tienen quien se ocupe de ellos, y ellos mismos ya se ocuparán de hacer valer su superioridad.
3,. La justicia de una institución como la escuela se mide por cuánta preocupación muestra por el débil, el que se queda atrás, por el que no alcanza los primeros puestos y está al borde de quedar afuera si yo no hago algo por él. Ese es el primer criterio que define el nivel de justicia que existe en una escuela o sistema educativo. Porque esta idea, incluso la de meritocracia, fue importante en la construcción de nuestros sistemas educativos y también puede tener efectos perversos. En este sentido lo vemos quienes estamos cotidianamente yendo por las escuelas, el fenómeno es muy alarmante: el orgullo del triunfador y el desprecio que siente por el perdedor.
4.- Eso en carne propio vivimos mi hijo y yo. Pierde al perder la escuela. Ninguno de los que creía sus amigos le hablan, lo reconfortan, lo visitan.
Más aún, tampoco sus tutores, sus maestros ni su novia. Se alejan de él como si apestara y me tienden ese mismo desdén.
Descubrimos ipso facto que eran relaciones FALSAS y que no contenían ni un gramo de humanismo, fraternidad ni camaradería.
Esa es la escuela deshumanizada.
5.- La clave de la pedagogía de la valoración es la construcción de relaciones pedagógicas significativas, pero no a base de rituales y expresiones técnicas, sino fundamentadas en el
aprecio verdadero por los demás. Lo que planteo es que una
auténtica relación de respeto y aprecio debe iniciarse en la actitud del maestro. Es su deber asumirla. Luego, el alumno se abrirá a él o ella, expresando su yo profundo. Si esto se logra, hay condiciones para una pedagogía de la valoración. Por el contrario, cuando los maestros no logran expresar su interés por la vida de sus alumnos, o simplemente no les interesa, la relación pedagógica se rompe, o al menos, queda incompleta. Los anteriores planteamientos develan una injusticia aún
más profunda que la que se comete cuando hay menos computadoras en las escuelas de barrios pobres o de zonas rurales. La injusticia se produce por la degradación del yo interno del alumno cuando descubre que es y fue un cero a la izquierda para sus excompañeros y maestros.
6.- Partamos del hecho de que cuando la escuela despoja al alumno de rasgos esenciales de su manera de ser, de la forma como ha sido educado por sus padres y abuelos, demuestra y expone una grave falta de respeto; así, los alumnos aprenden que las escuelas no los respetan y, en contraparte, ellos no la respetan. En otras palabras, la rebeldía del estudiante de secundaria y de preparatoria es producida por una injuria institucional profunda que pocas veces es percibida y asumida por docentes y directivos.
Lo sufrimos simplemente por nuestra manera de hablar o de vestir. Esto es muy sutil, pero también profundamente indignante. Otros muchos ejemplos se pueden dar, pero consideramos que basta uno para que los directivos de la UVM se pregunten cómo pueden aplicar los principales hallazgos de la teoría “caring”
7.-Antes de la ruptura,--la EXPULSIÓN-- la valoración pedagógica se expresaría en el hecho de que el papel del maestro es iniciar la relación expresando que el bienestar del alumno es su mayor preocupación; a partir de ahí, sigue el intento de conectarse.
Otro teórico intenta expresar lo mismo usando el concepto de desplazamiento emocional para expresar que uno es importante para otro cuando la energía fluye hacia los proyectos y las necesidades del otro.
La actitud inicial de los maestros es esencial para la pedagogía de la valoración. Esto implica la aceptación y convicción de que uno siente aprecio por el alumno.
Cuando el sentir, el /expresar afecto produce en el alumno la voluntad de revelar su propio yo interno, se produce una relación pedagógica completa.
8.-Nos hemos encontrado en este campus con el discurso técnico, ése que se mantiene en un tono impersonal y objetivo, incluyendo términos como “metodologías, programa, reglamentos”, mediante los cuales se expresa lo que un grupo (los maestros) ha decidido hacer con otro grupo de personas (los alumnos).
9.- El discurso expresivo, por el contrario, se vincula con “una amplia y flexible ética –de la valoración del otro- que se va moldeando según la situación y le da su lugar a los afectos humanos, las debilidades y la ANSIEDAD.
9.- Las tareas en clase, durante el curso, deben realizarse entre alumnos y maestros: es mitad y mitad. Es como si ellos vieran que Thomas va mal, ¿por qué no van a ir ellos en su ayuda y tratar de apoyarlo?
10.- Ellos no hacen nada por él. Es como si ya lo estuvieran expulsando o lo dejaran que fracasara porque no hacen nada por él. Ellos en realidad, Como dijo la directora: --- `
¡Vamos a estarte observando a ver cuándo te sorprendemos cometiendo una falta!
NO QUIEREN AYUDARLO.
11.- Yo creo que:
Podrían mostrar que a ellos les interesa nuestra vida
En efecto, nadie toma en serio las circunstancias de que Thomas viva solo con su anciano padre y ningún otro familiar conviva con él y lo ayude.
12.- En cambio, otros, al entrar a la escuela, ya están en posiciones
ampliamente adelantadas en la carera que encamina a la Carrera Profesional, gracias a sus familias, a sus madres, tíos, hermanos, mientras que nosotros estamos seriamente rezagados y difícilmente podríamos llegar a la meta y, menos aún, ganar el trofeo. VAMOS SOLOS.
Eso, ¿a quien le importa del staff?
13.- Es la meritocracia escolar: en la escuela cada quien recibe lo que merece, por su esfuerzo, su talento y por los árbitros, es decir los que ponen las calificaciones y expulsan, son los “ justos”. Así las cosas, el asunto se complica más, porque como muchos maestros fuimos alumnos exitosos, exigimos que todos los que quieran buenas calificaciones hagan lo necesario para
merecerlas. Estamos de acuerdo.
14.- Entonces, ¿qué es una escuela justa?
Justa. No una escuela perfecta en una sociedad perfecta y dirigida a individuos perfectos, sino una escuela lo más justa posible, o mejor aún, lo menos injusta posible…
15.- Desde mi punto de vista, sostengo que la igualdad de oportunidades puede ser de una gran crueldad para nosotros los perdedores de una competencia escolar encargada de distinguir a los individuos según su mérito. Una escuela justa no puede limitarse a seleccionar a los más meritorios; debe preocuparse también por la suerte de los vencidos.
16.- Sin embargo, la igualdad de oportunidades en estado químicamente puro no preserva necesariamente a los vencidos de la humillación de la derrota y del sentimiento de mediocridad.
17.- La meritocracia puede resultar intolerable cuando usted la asocia al orgullo de los ganadores con el desprecio hacia los perdedores.
18.- Por eso, hay que dar más, a veces, a los menos favorecidos, o en todo caso tratando de atenuar los efectos más brutales de una familia aislada, en soledad y sin apoyos.
19.- Yo aún recuerdo cómo los maestros de la Escuela de Periodismo en la Universidad de Carleton, en Ottawa, me invitaban a sus hogares para comer, tomar el té o simplemente para platicar y saber de mis problemas y mis avances. Lo hacían todos los fines de semana.
Sabían que estaba solo en un lugar extraño y se esmeraban por mitigar mi soledad y procuraban mi bienestar.
Lo mismo me ocurrió en todos los Estados de la Unión Americana, cuando estudiaba en la Universidad de Macalester. Hablaban por teléfono a parientes y amigos que vivían en los lugares que iba visitando, en el programa del World Press Institute. Más aún, me nombraron una familia en Saint Paul, que se obligaba a llevarme de paseo los fines de semana-
20.- Nosotros que no fuimos escuchados, ni visitados, ni comprendidos, porque el fracaso escolar es tan pesado de asumir que caemos en medio de la desgracia de la expulsión, en una culpabilidad silenciosa, ¿no podemos intentar la violencia de echarnos un trago al estilo del charro mexicano, en el sagrado plantel, para gritar que nadie ha comprendido nuestros problemas, que la única creatura angelical que se acercó a Thomas, ya no podrá volver porque se lo han prohibido los propios maestros al impedir que su padre se comunicara con los de ella para lograr una amistad sana y dejar a un lado la peligrosidad de esa relación amorosa?
21.- Sí, los alumnos están situados en el centro de una contradicción
22.- Todo se vuelve sumamente cruel cuando la petición de que los padres platicaran en conjunto el problema de la relación de sus hijos y ya no funcionará nunca más, cuando el alumno se esfuerza y estudia mucho y aprueba, (saca las mejores calificaciones del período escolar, un día antes) y cuando no puede entender esa situación sin terminar gritando a los cuatro vientos en el mismo plantel que, en realidad, él es diferente, menos afortunado, menos apreciado que los otros que se quedan tan tranquilos tras su inútil función teatral de que perdió a su novia por los impedimentos de una regulación que absurdamente niega la posibilidad de que puedan discutirse en petit comité, los padres de la novia con el suyo, los problemas de su hermosa relación amorosa.
Lo “privado”, lo prohibido por reglamentación, terminó en un escándalo en los patios del plantel y se difundió como pólvora que mató a quemarropa al alumno ahora ya expulsado.
¡¿No es verdad?!
¡¡Colegas, más caring, please!
Espero que esta disertación sirva para humanizar un poco más las relaciones entre los directivos, maestros y alumnos de esta querida institución en la que han estudiado con excelencia un primo hermano, Alberto Vaught Mosqueda, quien al salir de la UVM, plantel de la Ciudad de México, empezó a trabajar en la gran empresa CONDUMEX, recomendado por mi padre, y allí trabajó muy bien hasta su jubilación; y un yerno mío, Alfredo, quien trabajó hasta hace unos meses en la UVM en Toluca y de allí salió para vivir con mi hija en nuestra casa. Por eso respeto y lucho porque prevalezca la justicia en la Universidad donde mi hijo también quiere hacer su carrera.
Atenta y respetuosamente,
Dr. MANUEL AUGUSTO WALTER LIVINGSTON DENEGRE VAUGHT ALCOCER
No hay comentarios:
Publicar un comentario